El futuro

A man and a child are holding a planet in their hands.

El desafío

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha declarado que el momento de tomar medidas drásticas contra el cambio climático es “ahora o nunca”. 

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha hecho nuevos llamamientos a desbloquear la financiación que los países en desarrollo necesitan para la mitigación y la adaptación. Los países desarrollados deben duplicar la financiación de la adaptación con miras a alcanzar, como mínimo, 40 000 millones de dólares anuales de aquí a 2025. 

El señor Guterres está movilizando a todo el sistema de las Naciones Unidas para ayudar a los Gobiernos a comprometerse con nuevos planes climáticos nacionales 
—denominados “contribuciones determinadas a nivel nacional”— en consonancia con el límite de 1,5 °C. 

La OMM, en calidad de parte activa del sistema de las Naciones Unidas, estará a la altura del desafío. 

La demanda de información sobre predicciones meteorológicas, climáticas e hidrológicas en apoyo de la toma de decisiones jamás ha sido tan elevada y es probable que siga aumentando rápidamente en los próximos años. 

La comunidad de la OMM está aprovechando la potencia de las supercomputadoras, la tecnología satelital y de teledetección, los dispositivos móviles inteligentes y la inteligencia artificial, y está reforzando sus alianzas con el sector privado. 

Hay motivos para la esperanza. 

La capa de ozono, que nos protege de la radiación ultravioleta nociva procedente del sol, está en camino de recuperarse gracias al tratado medioambiental que mejores resultados ha dado, el Protocolo de Montreal, y a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono. 

Este hecho sienta un precedente positivo en materia de acción por el clima. 

Las energías renovables siguen ganando terreno. 

Las ciudades y otras zonas urbanas también ofrecen oportunidades considerables de reducir las emisiones.  Esta reducción puede lograrse mediante un menor consumo de energía (por ejemplo, creando ciudades compactas y peatonales), la electrificación del transporte en combinación con fuentes de energía de bajas emisiones, y una mayor absorción y almacenamiento de carbono a través de la naturaleza.  

El 28º período de sesiones de Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP 28), celebrado en Dubái, concluyó con un acuerdo histórico para dejar atrás los combustibles fósiles, triplicar las energías renovables y aumentar la financiación para el clima destinada a los más vulnerables. 

Con este acuerdo, conocido como “Consenso de los Emiratos Árabes Unidos”, se pretende abordar el problema de las emisiones, reducir la brecha en materia de adaptación, redefinir la financiación a escala mundial y dar respuesta a las pérdidas y daños. 

Todo el sistema de las Naciones Unidas se reunirá en septiembre de 2024 en el marco de la Cumbre del Futuro. La Cumbre tiene un doble objetivo: acelerar los esfuerzos para cumplir nuestros compromisos internacionales y adoptar medidas concretas para hacer frente a los nuevos retos y aprovechar las nuevas oportunidades que se presentan. Para ello, se elaborará un documento final orientado a la acción titulado “Un Pacto para el Futuro”.

El resultado será un mundo —y un sistema internacional— mejor preparado para gestionar los retos actuales y futuros, por el bien de toda la humanidad y de las generaciones venideras.

Para conseguirlo, es necesaria la unión de los Gobiernos, los sectores empresarial y financiero, y la sociedad civil. 

Las medidas que se adopten ahora a nivel mundial son cruciales, ya que definirán el futuro del planeta. No hay un planeta B.

La OMM colabora con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en una campaña de acción por el clima que se presentará el 21 de marzo, con motivo del Día Meteorológico Mundial.

La vida de las generaciones venideras está en nuestras manos. Queremos que nuestros hijos y nietos puedan jugar al aire libre sin miedo a la insolación ni a la contaminación atmosférica; que no padezcan hambre ni enfermedades; y que estén protegidos contra episodios de tiempo adverso en sus hogares y escuelas. Queremos que nuestros hijos puedan disfrutar de la naturaleza y la biodiversidad que nosotros dábamos por sentadas. 

La OMM se encuentra a la vanguardia de la acción por el clima porque queremos que nuestros hijos no solo sobrevivan, sino que prosperen.