La consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) depende de la acción por el clima. Todos los ODS están interrelacionados.
En la actualidad, no se puede planificar ninguna actividad productiva sin tener en cuenta los efectos del tiempo, la variabilidad climática de origen natural y el cambio climático inducido por el ser humano.
Para que la adaptación resulte eficaz debe llevarse a cabo de forma muy localizada, lo que exige disponer de información fiable, de alta resolución y oportuna que respalde la toma de decisiones. Si queremos gestionar mejor los riesgos del cambio climático, es vital elaborar información y predicciones climáticas con base científica e incorporarlas en la planificación, las políticas y las prácticas a escala mundial, regional y nacional.
Afortunadamente, se ha producido una rápida sucesión de avances en los ámbitos de la ciencia y los servicios climáticos con el fin de favorecer la adaptación. Dichos servicios consisten en el suministro y el uso de observaciones de alta calidad y datos de modelos procedentes de bases de datos nacionales e internacionales sobre un conjunto de variables climáticas esenciales, así como mapas, análisis del riesgo y la vulnerabilidad, y evaluaciones de la variabilidad del clima y el cambio climático.
Los datos y los productos de información se utilizan juntamente con otros datos no meteorológicos e información, por ejemplo, sobre producción agraria, tendencias de salud, distribución demográfica en áreas de alto riesgo, mapas de carreteras e infraestructura para la entrega de mercancías, y otras variables socioeconómicas.
La OMM ha dado prioridad a los servicios climáticos destinados a la reducción del riesgo de desastres, así como a la agricultura y la seguridad alimentaria, la energía, la salud y la gestión de recursos hídricos.