Los Directores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han lanzado una coalición mundial sobre la salud, el medioambiente y el cambio climático. Uno de sus objetivos generales es reducir los 12,6 millones de víctimas mortales que causan todos los años los riesgos medioambientales y, en especial, la contaminación del aire.
El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el Director Ejecutivo del PNUMA, Erik Solheim, y el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, informaron a los delegados presentes en la reunión anual de la Asamblea Mundial de la Salud sobre las prioridades, oportunidades y retos para los meses y años venideros.
“Si queremos conseguir la Salud para Todos, tendremos que contener los costos sanitarios, lo cual implica tres cosas: prevención, prevención y prevención”, manifestó el doctor Tedros. “Debemos asegurarnos de que la gente pueda respirar aire puro, beber agua limpia y comer alimentos nutritivos".
Según las cifras de la OMS, unas 7 millones de personas mueren prematuramente todos los años a causa de enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica, entre las que cabe citar los accidentes vasculares cerebrales y las cardiopatías, las enfermedades respiratorias y el cáncer. En la mayoría de las grandes ciudades la contaminación atmosférica supera los límites establecidos en las normas de la OMS relativas a la calidad del aire.
Numerosos contaminantes que causan daños a la salud también perjudican al medioambiente y contribuyen al cambio climático. Entre ellos se encuentran el carbono negro procedente de los motores diésel, los hornillos para cocinar y la incineración de desechos, y el ozono troposférico. Ambos son dañinos, pero de muy corta vida en la atmósfera. Se estima que la reducción de las emisiones de estos contaminantes, que provienen de fuentes como el tráfico, los hornillos para cocinar, la agricultura o la industria podría ayudar a recortar la tasa de calentamiento global en aproximadamente 0,5 °C de aquí a 2050.
El Director de la OMM, Petteri Taalas, subrayó que era necesario abordar el problema de los contaminantes de corta vida, pero dijo que el desafío fundamental era reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas causante del cambio climático, que permanece en la atmósfera y los océanos durante miles de años.
La concentración atmosférica media mundial de CO2 en 2017 superó las 400 partes por millón (ppm), y las temperaturas medias superaron en aproximadamente 1,1° grado Celsius las de la era preindustrial. El cambio climático está afectando negativamente a las economías de los países en desarrollo y el costo de los desastres naturales ‑en particular el de los ciclones tropicales‑ alcanzó un nuevo récord el año pasado, declaró el señor Taalas.
Instó a que se aplicase con urgencia el Acuerdo de París sobre el cambio climático para mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 ºC de aquí a finales del presente siglo.
"Siendo realistas, hay que hablar más bien de 2 a 4 ºC. Si utilizamos todos los recursos de combustible de origen fósil, el aumento llegará a los 8 ºC,” señaló.
El señor Taalas dijo que el mundo cuenta con “un período de 30 años” para reducir la huella de carbono, frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y cambiar a energías limpias y renovables con vistas a encontrar una solución beneficiosa desde todo punto de vista para hacer frente tanto al cambio climático como a la contaminación.
La necesidad urgente de hacer frente a la contaminación en países como China ha dado un nuevo impulso al esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer frente al cambio climático a largo plazo, indicó el señor Solheim.
“Si aceleramos la adopción de energías renovables, morirá menos gente por culpa de la contaminación atmosférica. Creemos un medioambiente sin contaminación", dijo.
La OMM ya colabora estrechamente con la OMS y el PNUMA, pero en la nueva coalición, propuesta por la Conferencia de las Partes durante su 22º período de sesiones (Marrakesh), la OMM, por medio de sus Servicios Meteorológicos Nacionales, reforzará la acción específica de protección sanitaria ante los riesgos relacionados con el medioambiente y el cambio climático.
Para ello habrá que mejorar la prestación de servicios climáticos, tales como las proyecciones estacionales, que permiten gestionar mejor las enfermedades sensibles al clima, como el cólera y el paludismo; los avisos de olas de calor y de riesgos para la salud, con el fin de hacer frente a este problema creciente, y los servicios de alerta temprana multirriesgos en relación con los fenómenos meteorológicos de fuerte impacto como los ciclones tropicales.
La Coalición inicia su andadura centrando la atención en la calidad del aire y estableciendo cinco esferas de trabajo conjunto. Las redes de observación de la OMM, su Sistema de evaluación y asesoramiento para avisos de tormentas de polvo y arena (SDS-WAS) y sus estaciones de la Vigilancia de la Atmósfera Global sustentarán las iniciativas mundiales para mejorar la cartografía y vigilancia de la calidad del aire.
El SDS-WAS puede contribuir de manera importante a que se sepa cuándo y dónde puede ocurrir una tormenta de polvo, permitiendo a los asociados sanitarios que hagan una planificación más eficaz y se beneficien de la capacidad de predicción y vigilancia de la atmósfera mundial de la OMM en los casos de fenómenos atmosféricos de gran peligrosidad, tales como las tormentas de polvo.
La nueva coalición mundial sobre la salud, el medioambiente y el cambio climático tratará de aunar conocimientos especializados y lograr una mayor coordinación. Uno de los resultados más inmediatos de la Coalición será la celebración de una Conferencia Mundial sobre la Contaminación del Aire y la Salud, que tendrá lugar en Ginebra del 30 de octubre al 1 de noviembre.