Ginebra, 3 de julio de 2018 – El Consejo Ejecutivo de la Organización Meteorológico Mundial (OMM) ha aprobado un nuevo Plan Estratégico encaminado a orientar el rumbo futuro de la Organización cuyo objetivo es adoptar un enfoque más integrado del sistema Tierra a fin de dar respuesta a los retos interconectados del siglo XXI.
Según reza el citado Plan, “de aquí a 2030 vemos un mundo donde todas las naciones, y en especial las más vulnerables, serán más resilientes a las consecuencias socioeconómicas de los fenómenos extremos relacionados con el tiempo, el clima o el agua y con otros fenómenos meteorológicos, y consolidarán su desarrollo sostenible mediante los mejores servicios posibles, ya sea en la tierra, el mar o el aire”.
Además de la visión a largo plazo, en el Plan también se fijan las metas a largo plazo y los objetivos estratégicos. Particularmente centrados en el período 2020-2023, esas metas y objetivos se han concebido para contribuir al programa internacional relativo al desarrollo sostenible, la reducción del riesgo de desastres y el cambio climático, así como también para atender la demanda sin precedentes de información de carácter científico práctica, accesible y autorizada.
En el Plan Estratégico ha primado la necesidad de un enfoque integrado que permita encarar las crecientes amenazas derivadas de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, el estrés al que están sujetas las fuentes de agua dulce y los océanos, la calidad del aire y la degradación medioambiental. La ciencia debe derivar en servicios que permitan reforzar la resiliencia frente al cambio climático, la adaptación al mismo y la mitigación de sus efectos.
“Las consecuencias de los fenómenos meteorológicos, hidrológicos y climáticos extremos de fuerte impacto son devastadoras para la seguridad de las personas, las economías nacionales, los entornos urbanos y rurales, y la seguridad del suministro tanto de agua como de alimentos. En la actualidad, los fenómenos hidrometeorológicos extremos representan más del 80 % de los desastres naturales que se producen en el mundo”, se explica en el Plan.
Conforme a las previsiones, su frecuencia e intensidad se incrementarán según vayan aumentando las concentraciones de gases de efecto invernadero. La subida del nivel del mar, también vinculada al cambio climático, no hará sino agravar la amenaza a la que está sujeta más de la mitad de la población mundial que habita en zonas costeras.
La exposición de la sociedad a esos peligros, y su vulnerabilidad frente a ellos, se agudizará a causa del crecimiento de la población, que superará los 9 000 millones en 2050, el aumento de la urbanización y el crecimiento de las megaciudades en todo el mundo, en particular en las llanuras inundables y las zonas costeras.
Para hacer frente a los retos existentes, en el Plan Estratégico se formulan tres prioridades fundamentales:
- mejora de la preparación y reducción de las pérdidas de vidas y bienes a causa de fenómenos hidrometeorológicos extremos;
- apoyo a los procesos de adopción de decisiones que estén basadas en información climática a fin de potenciar la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos climáticos;
- promoción del valor socioeconómico de los servicios meteorológicos, climáticos, hidrológicos y medioambientales conexos.
El Congreso Meteorológico Mundial, máxima instancia decisoria de la Organización, aprobará el Plan Estratégico en su reunión cuatrienal que tendrá lugar en 2019. El Consejo Ejecutivo se celebró del 20 al 29 de junio.
Participación de los sectores público y privado
En la reunión del Consejo Ejecutivo también se examinó cómo se podría reformar la estructura de la OMM a fin de integrar los mejores conocimientos técnicos y científicos y movilizar los recursos necesarios para mejorar la prestación de servicios meteorológicos, climáticos, hidrológicos y medioambientales conexos de carácter transectorial.
El Consejo acordó, asimismo, el establecimiento de un marco para la participación de los sectores público y privado en las entidades del ámbito de la meteorología a escala mundial con objeto de garantizar que, en un contexto caracterizado por la creciente contribución del sector privado, la evolución tecnológica, los macrodatos, la externalización abierta y la inteligencia artificial, la labor de la OMM responda en todo momento a los objetivos marcados.
Según apuntó el Consejo, “los macrodatos, la externalización abierta y los sistemas abiertos, las nuevas redes comerciales de observación, los proveedores de datos y servicios, la tecnología digital asequible y la introducción de la inteligencia artificial y la computación cognitiva con el objetivo de extraer información útil de los macrodatos de forma rápida son, todos ellos, factores que podrían ser un auténtico revulsivo de la situación reinante”.
La política sobre la participación de los sectores público y privado, en la que destaca su principio “Las personas primero”, se coordinará estrechamente con las iniciativas encaminadas a forjar nuevas asociaciones con instituciones de financiación del desarrollo con miras a contribuir a reducir las diferencias de capacidad entre los países desarrollados y los países en desarrollo. La prestación de ayuda a los países en desarrollo mediante una nueva filosofía de desarrollo multisectorial y orientada a los servicios aportará soluciones sostenibles para el suministro de información meteorológica, climática e hidrológica esencial a las comunidades vulnerables.
En la reunión del Consejo Ejecutivo también se analizaron propuestas para la instauración de un nuevo Sistema Mundial de Alerta Multirriesgos, y se debatió acerca de la necesidad de suministrar predicciones que tengan en cuenta los impactos tanto a los asociados del sistema de las Naciones Unidas como al conjunto del sector humanitario. Se respaldaron, además, planes para la prestación de servicios transectoriales en los ámbitos urbano y de la salud, y se reafirmó su política en cuestiones polares y de alta montaña.
Las observaciones, los satélites y el intercambio de datos ocuparon un lugar destacado en el orden del día del Consejo. Asimismo, se celebró un diálogo especial de un día de duración centrado en la cuestión del agua. Y el Consejo aprobó que se siguiera adelante con la elaboración del Sistema Mundial Integrado de Información sobre los Gases de Efecto Invernadero.
“La OMM seguirá centrando su labor en el respaldo a las actividades de sus Estados Miembros encaminadas a comprender el pasado de la atmósfera, la hidrosfera y otros elementos esenciales de nuestro planeta, vigilar su presente y predecir su estado e interacciones entre ellos en el futuro y, de ese modo, propiciar una capacidad de preparación, adaptación y respuesta frente a los fenómenos naturales extremos conexos adecuada y eficaz”, se apunta en el Plan Estratégico.
“Para ello, resultará indispensable el perfeccionamiento de las redes y los sistemas de recopilación y proceso de datos coordinados e interoperables, la mejora de la capacidad de predicción mediante el uso de la ciencia más avanzada y las tecnologías informáticas y, por último, la aplicación de planteamientos sumamente innovadores a la prestación de servicios que garanticen el acceso oportuno de los usuarios a información exacta y apta para la finalidad prevista con miras a que puedan adoptar decisiones basadas en datos meteorológicos, hidrológicos y climáticos”.
Presidió la reunión del Consejo Ejecutivo el Presidente de la OMM, señor David Grimes (Canadá), con el apoyo de la Vicepresidenta de la Organización, señora Celeste Saulo (Argentina). Los presidentes de las seis asociaciones regionales de la OMM y 27 Directores de Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales también forman parte del Consejo.