África soporta una carga desmedida como consecuencia del cambio climático y de los costos de adaptación a sus efectos

02 de septiembre de 2024

Abiyán, Côte d'Ivoire (OMM) — África soporta una carga cada vez más pesada a causa del cambio climático y afronta costos desproporcionadamente elevados para poder aplicar medidas básicas de adaptación climática, tal y como se apunta en el nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado del clima en África en 2023.

Mensajes clave
  • El aumento de la temperatura en África es ligeramente superior a la media mundial.
  • En 2023 continuaron las sequías plurianuales en el noroeste del continente.
  • Crecidas extremas causaron graves pérdidas y daños.
  • Los costos asociados al cambio climático que deben asumir los países africanos son cada vez más elevados.
  • La inversión en sistemas de alerta temprana protegerá vidas y economías.

En su lucha por dar respuesta a los extremos climáticos, los países africanos pierden, de media, entre el 2 % y el 5 % de su producto interno bruto (PIB), y muchos de ellos dedican a esa labor hasta el 9 % de sus presupuestos. Se calcula que, en el África subsahariana, el costo de la adaptación oscilará entre 30 000 y 50 000 millones de dólares de los Estados Unidos cada año durante el próximo decenio, es decir, entre el 2 % y el 3 % del PIB de la región, según se desprende del informe indicado.

Se estima que, si no se ponen en marcha medidas de respuesta adecuadas, de aquí a 2030 hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (que viven con menos de 1,90 dólares al día) estarán expuestas a sequías, crecidas y episodios de calor extremo en África. Esto impondrá nuevas trabas a las iniciativas de mitigación de la pobreza y lastrará notablemente el crecimiento, a tenor de las cifras recogidas en el informe.

Los países africanos deben dar prioridad al aumento de la inversión en los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) y acelerar la aplicación de la iniciativa Alertas Tempranas para Todos para salvar vidas y proteger medios de subsistencia. Ello contribuirá a mitigar riesgos, crear capacidad de adaptación, fomentar la resiliencia a escala local, nacional y regional, y orientar las estrategias de desarrollo sostenible, según se indica en el informe.

La publicación se centra en los indicadores y los impactos del cambio climático en 2023, el año más cálido registrado hasta la fecha en el mundo. Complementa el informe de la OMM sobre el estado del clima mundial y forma parte de una serie de informes regionales elaborados por la Organización que, sobre la base de datos de observación, respalda los procesos decisorios y propicia la adopción de medidas.

"En los últimos 60 años, África ha sido testigo de una tendencia al calentamiento cuyo ritmo ha superado la media mundial. En 2023, el continente sufrió mortíferas olas de calor, lluvias torrenciales, crecidas, ciclones tropicales y sequías prolongadas", declaró la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo.

"Mientras que muchos países del Cuerno de África y del sur y noroeste del continente siguieron sufriendo una sequía excepcional que persiste desde hace varios años, otros países experimentaron en 2023 episodios de precipitaciones extremas que provocaron inundaciones y causaron un número considerable de víctimas mortales. Estos eventos extremos tuvieron consecuencias devastadoras para las comunidades y entrañaron graves repercusiones económicas", afirmó Celeste Saulo.

"Este panorama de condiciones meteorológicas extremas ha continuado en 2024. Algunas zonas del sur de África se han visto asoladas por una perniciosa sequía, al tiempo que las excepcionales precipitaciones estacionales han causado muerte y devastación en países de África oriental, más recientemente en el Sudán y Sudán del Sur. Ello no ha hecho más que agravar una crisis humanitaria ya de por sí desesperada", explicó.

La OMM, la Comisión de la Unión Africana (CUA), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA) y la Conferencia Ministerial Africana sobre Meteorología (AMCOMET) presentarán el informe en colaboración con sus asociados en la 12ª Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África (CCDA), que se celebrará en Abiyán (Côte d'Ivoire) el 2 de septiembre de 2024.

"El informe sobre el estado del clima en África en 2023 pone de relieve la imperiosa necesidad de invertir en servicios meteorológicos y sistemas de alerta temprana para promover la adaptación al cambio climático y potenciar la resiliencia en África. Los efectos del cambio climático se dejan sentir por todo el planeta, y en ese contexto, el continente africano enfrenta una coyuntura crítica", dijo la excelentísima señora Josefa Leonel Correia Sacko, Embajadora y Comisionada de Agricultura, Desarrollo Rural, Economía Azul y Medioambiente Sostenible de la CUA.

"África se ve confrontada a cargas y riesgos desproporcionados como consecuencia de episodios y patrones meteorológicos debidos al cambio climático. Estos provocan crisis humanitarias masivas cuyos efectos perniciosos menoscaban ámbitos como los de la agricultura y la seguridad alimentaria, la educación, la energía, las infraestructuras, la paz y la seguridad, la salud pública, los recursos hídricos y el desarrollo socioeconómico en general", explicó.

Mensajes fundamentales

Temperatura: en África, 2023 fue uno de los tres años más cálidos jamás registrados en los últimos 124 años (la posición exacta en esa clasificación depende del conjunto de datos utilizado). La temperatura media superó en 0,61 °C la media del período 1991-2020, y en 1,23 °C la referencia a largo plazo calculada para el intervalo comprendido entre 1961 y 1990.

En el continente africano, el ritmo de calentamiento superó ligeramente la media mundial, al situarse en torno a +0,3 °C por decenio entre 1991 y 2023. El aumento de la temperatura fue más rápido en el norte de África, al situarse en torno a +0,4 °C por decenio entre 1991 y 2023, en comparación con los +0,2 °C por decenio registrados entre 1961 y 1990. Por su parte, en el sur de África el calentamiento fue el más lento en comparación con las demás subregiones: aproximadamente +0,2 °C por decenio entre 1991 y 2023.

Las anomalías de temperatura más elevadas en 2023 se produjeron en el noroeste de África, en especial en Marruecos, las zonas costeras de Mauritania y el noroeste de Argelia.

En varios países, entre ellos Malí, Marruecos, la República Unida de Tanzanía y Uganda, se vivió el año más cálido del que se tiene constancia. En julio y agosto, olas de calor extremas azotaron el norte de África. En Túnez, la capital de la República de Túnez, se alcanzó un récord de 49,0 °C, y en Agadir, en Marruecos, se batió el récord de temperatura al llegarse a 50,4 °C.

Line graph showing annual temperatures in Africa from 1900 to 2023. Data sets from HadCRUT5, NOAAGlobalTemp, GISTEMP, Berkeley Earth, JRA-55, and ERA5 are compared to the 1991-2020 average.
Diferencia de temperatura observada en África desde 1900 hasta 2023 con respecto al período climatológico 1991 2020 (Asociación Regional I de la OMM); diferencia expresada en °C y basada en seis conjuntos de datos, incluidos conjuntos de datos de observación.
Fuente: datos procedentes de los seis conjuntos de datos siguientes: Berkeley Earth, ERA5, GISTEMP, HadCRUT5, JRA-55 y NOAAGlobalTemp.

Precipitación: las regiones con un marcado déficit de precipitaciones fueron la parte occidental del norte y noroeste de África, el Cuerno de África y partes del sur del continente como Zambia, Zimbabwe, Botswana y la mayor parte de Namibia. Además, en Madagascar, el centro del Sudán, el norte de Etiopía y Uganda las precipitaciones estuvieron por debajo de lo normal.

En África occidental, la llegada del monzón que marca el inicio de la estación de las lluvias se produjo según lo habitual, o con cierta antelación, y trajo consigo precipitaciones notablemente superiores a lo normal en Angola y en las zonas costeras al norte del golfo de Guinea.

Aumento del nivel del mar: la tasa de subida del nivel del mar alrededor de África fue cercana o ligeramente superior a la media mundial de 3,4 mm anuales. La mayor tasa de aumento se observó en el mar Rojo, donde alcanzó los 4,1 mm al año.

Episodios climáticos extremos

Crecidas: en Libia, al menos 4 700 muertes confirmadas se atribuyeron a las inundaciones provocadas por la tormenta Daniel, un ciclón mediterráneo que tuvo lugar en septiembre. Un total de 8 000 personas siguen desaparecidas.

Algunas zonas de Kenya, Somalia y Etiopía sufrieron inundaciones graves y generalizadas que se cobraron más de 350 vidas y ocasionaron 2,4 millones de desplazados durante la estación de las lluvias comprendida entre abril y junio.

Freddy, un ciclón tropical sin precedentes, causó amplias inundaciones cuando tocó tierra, tanto en Mozambique como en Malawi, al generar lluvias copiosísimas (hasta 672 mm durante el paso de la tormenta por Mozambique). Malawi se vio especialmente afectado, al notificarse al menos 679 víctimas mortales. En Mozambique se declararon otras 165 muertes.

A principios de mayo, graves inundaciones acompañadas de deslizamientos de tierra afectaron África central, en la frontera entre Rwanda y la República Democrática del Congo, causando la muerte de al menos 574 personas.

El Nilo Blanco, en Sudán del Sur, alcanzó niveles sin precedentes en febrero. En esa coyuntura, resultó complicado satisfacer las necesidades básicas de la población —en particular, alimentos, agua potable y atención sanitaria— y se produjo un colapso casi total de los medios de subsistencia locales.

En septiembre y octubre, unas 300 000 personas se vieron afectadas por las inundaciones en diez países, siendo Níger, Benin, Ghana y Nigeria los más castigados.

Sequía: partes de Marruecos, Argelia, Túnez, Nigeria, Camerún, Etiopía, Madagascar, Angola, Zambia, Zimbabwe y la República Democrática del Congo sufrieron una sequía severa en 2023. Zambia se enfrentó a su peor sequía de los últimos 40 años, que afectó a ocho de sus diez provincias y a unos seis millones de personas.

Two maps of Africa show deviations in precipitation and GPCC quantile, respectively, from the norm from 1981-2020. Colors range from brown (dry) to green (wet) areas.
Izquierda: anomalías de precipitación en 2023 expresadas en mm. Las zonas coloreadas en tonos azules indican precipitaciones por encima de la media, y las zonas coloreadas en tonos marrones, precipitaciones por debajo de la media. El período de referencia es 1991-2020. Derecha: cuantiles de precipitación en 2023. Las zonas coloreadas en tonos verdes indican totales de precipitación inusualmente elevados (en verde claro se muestra el 20 % más alto de los totales observados, y en verde oscuro, el 10 % más alto de dichos totales). Las zonas coloreadas en tonos marrones indican totales de precipitación inusualmente bajos (en marrón claro se muestra el 20 % más bajo de los totales observados, y en marrón oscuro, el 10 % más bajo de dichos totales). El período de referencia es 1991-2020.
Fuente: Centro Mundial de Climatología de las Precipitaciones (GPCC) del Servicio Meteorológico de Alemania (DWD).

Efectos del clima en la agricultura y la seguridad alimentaria

Los fenómenos climáticos extremos, como las crecidas y las sequías, tuvieron un gran impacto en la seguridad alimentaria.

En 2023, la producción de cereales en el norte de África se estimó en 33 millones de toneladas, un volumen cerca de un 10 % inferior a la media quinquenal y similar al logrado con la cosecha del año anterior, que ya se vio reducida por la sequía. Túnez fue el país más afectado.

La irregularidad de las lluvias y la situación general de inseguridad mantuvieron la producción de cereales por debajo de la media en las zonas septentrionales de la subregión, en especial en el Sudán, Sudán del Sur, la región ugandesa de Karamoja, Eritrea, Etiopía y el centro y oeste de Kenya. En el Sudán, las lluvias estacionales fueron inferiores a la media y en ocasiones siguieron patrones erráticos que se tradujeron en prolongados períodos secos. Las previsiones apuntaron a una reducción de la producción de sorgo y mijo de cerca del 25 % y del 50 %, respectivamente, en comparación con la cosecha de 2022.

Inversión en adaptación y resiliencia

Para lograr un desarrollo resiliente al clima en África se debe invertir en infraestructuras hidrometeorológicas y sistemas de alerta temprana: son esenciales para preparase ante la escalada de eventos peligrosos de alto impacto. Es necesario invertir en los SMHN de África para mejorar la recopilación de datos y perfeccionar los pronósticos a fin de reforzar la capacidad de esas instituciones para emitir alertas tempranas y avisos de fenómenos extremos. La inversión en tecnologías y sistemas de vanguardia es especialmente necesaria, ya que permitirá incrementar la exactitud de los pronósticos meteorológicos, climáticos e hidrológicos y ampliar su período de anticipación.

Bar graph showing the number of countries affected by various climate-related factors: Flood (48), Drought (40), Temperature increase (39), Changes in precipitation patterns (38), Sea-level rise (30), Storm (26), Wildfire (18), Landslide (14), Dust storm (3), Pest and disease (3).
Peligros más preocupantes para África. Gráfico elaborado por la OMM a partir de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de 53 países africanos, sobre la base de las CDN presentadas hasta junio de 2024.

Se estima que, durante el próximo decenio, los costos anuales de adaptación del África subsahariana oscilarán entre 30 000 y 50 000 millones de dólares (entre el 2 % y el 3 % del PIB regional).

Alertas Tempranas para Todos

En septiembre de 2023 se puso en marcha un ambicioso Plan de Acción para África en el marco de la iniciativa Alertas Tempranas para Todos. El principal objetivo consiste en garantizar que el conjunto de la sociedad africana, y en particular los más vulnerables, reciban información oportuna y exacta sobre peligros naturales y desastres inminentes. De ese modo se atenderá el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, para que todas las personas del planeta estén protegidas por sistemas de alerta temprana antes de 2027. En el marco de esta iniciativa mundial, se ha definido una serie de países africanos en los que es prioritario actuar.

Entre 1970 y 2021, el 35 % de las muertes relacionadas con el tiempo, el clima y el agua se produjeron en África. Sin embargo, tan solo el 40 % de la población africana tiene acceso a sistemas de alerta temprana, el porcentaje más bajo de todas las regiones del mundo. Con este nuevo Plan de Acción para África de la iniciativa de Alertas Tempranas para Todos se trata de corregir esa situación.

Notas a los editores

La Secretaria General Adjunta de la OMM, Ko Barrett, participará en la presentación del informe en la 12ª Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África (CCDA). También formularán declaraciones de alto nivel la excelentísima señora Josefa Leonel Correia Sacko (Comisionada de Agricultura, Desarrollo Rural, Economía Azul y Medioambiente Sostenible de la Comisión de la Unión Africana (CUA)); el señor Claver Gatete (Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA)), y el ingeniero Collins Nzovu (Ministro de Economía Verde y Medioambiente de Zambia y Vicepresidente de la Mesa de la Conferencia Ministerial Africana sobre Meteorología (AMCOMET)).

El evento se organizará en formato híbrido.

La presentación del informe irá seguida de la 19ª sesión de la conferencia, dedicada al tema "Subsanar las carencias en materia de políticas climáticas, gobernanza y aplicación en África". En esa sesión, moderada por la excelentísima señora Josefa Sacko, Comisionada de la CUA, se establecerá el marco para la celebración de debates de naturaleza ministerial y parlamentaria. El objetivo es aprovechar la información climática facilitada en el informe, en especial los mensajes fundamentales, para elaborar políticas climáticas en el continente y estudiar la forma de aplicarlas mediante políticas nacionales integradas.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es un organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de promover la cooperación internacional en ciencias atmosféricas y meteorología.

La OMM monitorea el tiempo, el clima y los recursos hídricos y brinda apoyo a sus Miembros en materia de pronóstico y mitigación de desastres. Con su labor, la Organización respalda firmemente el fomento de los conocimientos científicos, el refuerzo de la seguridad pública 
y el aumento del bienestar.

Para más información, póngase en contacto con:

  • Clare Nullis agregada de prensa cnullis@wmo.int +41 79 709 13 97
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