Los grandes incendios deterioran el clima y el medioambiente mundiales

03 de septiembre de 2019

Los incendios que devastan el bosque lluvioso de la Amazonia agudizan el estrés al que ya están sujetos el clima y el medioambiente mundiales como consecuencia de los excepcionales fuegos que asolan el Ártico. También se han declarado vastos incendios en partes del África tropical.

Los incendios que devastan el bosque lluvioso de la Amazonia agudizan el estrés al que ya están sujetos el clima y el medioambiente mundiales como consecuencia de los excepcionales fuegos que asolan el Ártico. También se han declarado vastos incendios en partes del África tropical.

Las imágenes satelitales muestran miles de focos en el Brasil, zonas del Perú, Bolivia y el Paraguay.

Los datos del satélite Sentinel-3 del programa Copernicus, con los que se elabora el Atlas Mundial de Incendios de Sentinel-3, permitieron detectar casi 4 000 incendios entre el 1 y el 24 de agosto de 2019, según indica la Agencia Espacial Europea (ESA).

Por su parte, los científicos que utilizan los satélites de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio(NASA) de los Estados Unidos para seguir la evolución de los fuegos declarados también han confirmado que 2019 está siendo un año activo en materia de incendios forestales en la Amazonia brasileña, aunque no puede calificarse de excepcional, según se explica en un artículo publicado en el sitio web del Earth Observatory de la NASA.

El número de incendios forestales en la Amazonia presenta diferencias considerables de un año a otro, e incluso de un mes a otro, y su apogeo coincide con la estación seca del Brasil, que tiene lugar de julio a octubre. En agosto de 2019 se ha experimentado un destacado aumento en la cantidad de fuegos de gran magnitud, intensidad y persistencia que han ardido a lo largo de las principales carreteras de la zona central de la Amazonia brasileña, según científicos del Laboratorio de Ciencias de la Biosfera del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.

Aunque la sequía ha desempeñado un papel importante en la exacerbación de los incendios en el pasado, el momento y la ubicación de los fuegos detectados a principios de la estación seca de 2019 son más coherentes con prácticas de aclareo del terreno que con episodios regionales de sequía, según la NASA y la ESA.

La cuenca amazónica acoge el mayor bosque lluvioso tropical del mundo, abarca cuatro países y es el hogar de millones de plantas y animales. A menudo se la denomina "el pulmón del mundo", y es fundamental para ayudar a regular el calentamiento global, dado que los bosques absorben millones de toneladas de carbono cada año.

En el reciente informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) titulado El cambio climático y la tierra, se destacó la importancia de reducir la deforestación y velar por una gestión sostenible de la tierra. Los incendios emiten dióxido de carbono y, al mismo tiempo, la pérdida de masa forestal supone una disminución de la capacidad de captación de CO2 atmosférico. Todo ello no hace sino agravar el cambio climático.

“Estoy profundamente preocupado por los incendios en el bosque lluvioso de la Amazonia. Sumidos como estamos en una crisis climática mundial, no podemos permitirnos más daños en una de las principales fuentes de oxígeno y biodiversidad”, afirmó Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.

Josef Aschbacher, director de los programas de observación de la Tierra de la ESA, dijo que, “en nuestra lucha contra la crisis climática, los satélites son esenciales para vigilar los incendios forestales en zonas remotas, en particular los que se producen en un componente clave del sistema Tierra como la Amazonia”.

Arctic fires Aug 2019

Además de la amenaza directa que supone la quema de vegetación, que afecta especialmente a muchas comunidades indígenas, los incendios forestales también liberan a la atmósfera contaminantes nocivos, entre otros, partículas y gases tóxicos como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos distintos del metano.

De acuerdo con el servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus (SVAC) de la Unión Europea, los incendios liberaron 255 megatoneladas de dióxido de carbono a la atmósfera del 1 al 25 de agosto, además de ingentes cantidades de monóxido de carbono.

Las partículas y los gases emitidos por la quema de biomasa pueden ser transportados a grandes distancias y mermar la calidad del aire de regiones lejanas. Los penachos de humo se han extendido por toda la región amazónica. Fuertes vientos llevaron el humo hasta São Paulo —a más de 2 500 km—, y allí, en combinación con un frente frío y densas nubes de tormenta, sumieron la ciudad en la oscuridad el 19 de agosto. Según el SVAC, el humo incluso ha alcanzado la costa atlántica.

Los incendios de la Amazonia se producen después de los fuegos sin precedentes que se declararon en Siberia y partes del Ártico, Groenlandia y Alaska en junio y julio. Asimismo, las llamas también castigan algunas zonas de Europa.

Según datos del SVAC, en la segunda semana de junio de 2019 se registró una cantidad anormalmente elevada de fuegos en el círculo polar ártico, y esa tendencia se mantuvo hasta bien entrado el mes de agosto. Muchos de los incendios se declararon en Siberia, Alaska y el norte del Canadá, pero Groenlandia también se vio afectada. Entre las repercusiones para el medioambiente cabe destacar la contaminación del aire fruto de los niveles excepcionalmente elevados de emisiones, así como posibles retroalimentaciones climáticas.

“Desde el 9 de junio, y dejando de lado un par de excepciones, la energía radiativa total registrada cada día en el círculo polar ártico como consecuencia de los incendios ha estado por encima de la media de los últimos 15 años”, dijo Mark Parrington, científico del Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Plazo Medio (CEPMPM), en un comunicado emitido el 21 de agosto. “Los datos evidencian la excepcionalidad de la temporada de incendios del verano de 2019 en la zona”.

Los satélites también vigilan los grandes fuegos y las actividades de quema que se producen en países de la zona meridional del África tropical como Angola.

El Programa de Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó este año una breve animación en video para destacar los riesgos que conlleva la quema de biomasa y explicar el modo en que los avances en las tecnologías satelitales permiten detectar el peligro de incendio y someterlo a vigilancia. La mejora de los sistemas de pronóstico es una cuestión fundamental para poder predecir el peligro de incendio y emitir avisos sobre el propio fuego y sobre los riesgos vinculados con la contaminación del aire.

Con frecuencia, los satélites son los primeros en detectar fuegos activos en regiones remotas. Desde 2002, los principales instrumentos de la NASA para la detección de incendios han sido los espectrorradiómetros de formación de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo de los satélites Terra y Aqua.

CAMS monitors fire activity in Africa

A fin de vigilar los incendios y estimar la consiguiente emisión de contaminantes, el SVAC, operado por el CEPMPM en nombre de la Unión Europea, incorpora a su Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS) observaciones de incendios forestales realizadas con los instrumentos MODIS de los satélites Terra y Aqua de la NASA.

El Sistema utiliza las observaciones de la energía radiativa de los incendios obtenidas mediante sensores satelitales para establecer estimaciones diarias de las emisiones fruto de la combustión de biomasa, que forman parte de mediciones más amplias efectuadas por numerosas estaciones de la VAG. Estas mediciones son fundamentales para las previsiones, la investigación sobre la composición de la atmósfera y el desarrollo de sistemas de alerta. Las mediciones efectuadas por las estaciones de la VAG también se emplean para verificar el modelo utilizado por el SVAC para las previsiones y los análisis mundiales de las emisiones de los incendios forestales y la quema de biomasa.

A estas alturas de la temporada de incendios, el número de focos activos detectados en 2019 con los instrumentos MODIS en la zona de la Amazonia brasileña es superior a la cantidad de fuegos producidos durante cualquier otro año desde 2010. Todo apunta a que el estado del Amazonas registrará cifras record de incendios en 2019.

CAMS monitors fire activity in Africa

En el marco del proyecto de Base de Datos Mundial sobre Emisiones Procedentes de Incendios (Global Fire Emissions Database (GFED)) se analizan las detecciones de incendios realizadas con los instrumentos MODIS. A lo largo de los años, el equipo de este proyecto —en el que participan el Instituto Goddard de la NASA, la Universidad de California en Irvine y la Vrije Universiteit Amsterdam― ha procesado los datos satelitales recogidos por la NASA durante 17 años para comprender mejor el papel que desempeñan los incendios en los cambios en el sistema Tierra. Los análisis del sur de la Amazonia que el equipo lleva a cabo incluyen partes del Brasil, el Perú y Bolivia que normalmente se ven afectadas por incendios entre julio y octubre. Sus mapas de datos pueden consultarse en esta página web.

Por otro lado, la OMM ha puesto en marcha un sistema de avisos y asesoramiento para incendios de vegetación y contaminación por humo. Inspirada por el profundo interés manifestado por algunos de sus Miembros de varias de las regiones afectadas, la Organización ha elaborado una nota conceptual en la que brinda orientaciones para abordar los incendios de vegetación y la contaminación por humo. Además, en ella se propone el establecimiento de un sistema de avisos y asesoramiento para incendios de vegetación y contaminación por humo, y se propugna la posible creación de centros regionales especializados en ese ámbito.

Puede consultarse más información al respecto en esta página web de la NASA con datos sobre incendios activos del Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos (Fire Information for Resource Management System (FIRMS).

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