El noroeste de los Estados Unidos y el oeste del Canadá, zonas acostumbradas al frío, arden bajo una excepcional y peligrosa ola de calor. Se han registrado temperaturas superiores a 45,0 °C en días consecutivos, con noches extremadamente cálidas entremedio.
Esta situación sin precedentes tiene múltiples y graves consecuencias: el estrés térmico en las personas, los animales y la vegetación; el deterioro de la calidad del aire (contaminantes debidos al aire caliente estacionario); el riesgo de incendios forestales; la posibilidad de que se produzcan desprendimientos de tierra por el deshielo de los glaciares en las montañas; los daños y el funcionamiento inadecuado de las infraestructuras y sistemas de transporte, que no están preparados para tan altas temperaturas, así como otros muchos riesgos sociales y económicos.
Los Servicios Meteorológicos Nacionales y locales han emitido numerosas advertencias y avisos de calor, y se espera que los servicios de alerta sanitaria por calor contribuyan a limitar el número de muertes.
Se han superado tantos récords que es difícil llevar la cuenta.
El domingo se batió el récord canadiense de todos los tiempos, ya que la localidad de Lytton (provincia de la Columbia Británica) registró 46,6 °C (1,6 °C más que el récord anterior, establecido el 5 de julio de 1937). Menos de 24 horas después, Lytton volvió a superar ese récord, alcanzando 47,9 °C el lunes. Y lo hizo una tercera vez el 29 de junio, cuando el termómetro alcanzó los 49,5 °C.
Ese registro superó el récord histórico de Las Vegas de 47,2 °C (117 °F). Estas condiciones de calor son más típicas de las temperaturas estivales de Oriente Medio que de una provincia en cuyo territorio se erigen las Montañas Rocosas y se extiende el Parque Nacional Glacier. Por lo tanto, existe el riesgo de que se produzca una importante fusión de los glaciares.
Desde el 28 de junio, la Columbia Británica ha superado 43 récords históricos, y se espera que esta tendencia continúe.
"Este acontecimiento histórico nos deja sin palabras", tuiteó el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, Columbia Británica.
Armel Castellan, meteorólogo de dicho Ministerio, comentó: “Esto aún no ha terminado”.
“Los territorios del noroeste han registrado sus temperaturas más altas de la historia no solo para el mes de junio, sino en cualquier momento del año. Estamos estableciendo récords que no deberían producirse tan pronto en la temporada."
"Llevamos muchos días seguidos así y cada mañana nos levantamos con temperaturas aún más altas. Esto es lo peligroso, esta situación está afectando a la gente a lo largo de muchos días en los que están deshidratados, y hemos tenido muchos días en los que la temperatura es más alta que la del día anterior", se lamentó Castellán.
"Las mínimas nocturnas son más altas que la media de nuestras máximas diurnas para finales de junio, esto es realmente preocupante. Nuestro cuerpo necesita refrescarse y recuperarse antes de afrontar otro día con altas temperaturas. Otra cosa en la que hay que pensar es la infraestructura.
"Menos del 40 % de los hogares tienen aire acondicionado en la costa, la gente tiene que ir a las bibliotecas y los centros comerciales para estar un par de horas en un espacio con aire acondicionado. He estado durmiendo en una tienda de campaña para poder descansar del calor", añadió Castellan.
El Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá ha emitido numerosos avisos y advertencias de calor.
Estados Unidos de América
Desde California y Nevada hasta el noroeste y hacia el este hasta Montana, más de 14 millones de estadounidenses viven en zonas que están bajo alertas o advertencias de calor en el oeste o avisos de calor excesivo.
"¡Simplemente una serie histórica de temperaturas sin precedentes en la región noroeste! #OlaDeCalor2021", tuiteó el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos.
Seattle estableció un nuevo récord histórico con 40 °C (104 °F) el domingo y lo rompió el lunes con 41,7 °C (107 °F). Portland superó ese registro dos veces: 42 °C (108°F) el sábado y 44,4 °C (112°F) el domingo, según datos del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos. Y muchos otros récords de estaciones quedaron rezagados el lunes.
El calor es consecuencia de un importante patrón de bloqueo atmosférico que ha dado lugar a una cúpula de calor, con baja presión a ambos lados, y la corriente en chorro no avanza.
Esta ola de calor llega justo después de otra ola de calor histórica que se produjo hace menos de dos semanas abrasando la región desértica del suroeste de los Estados Unidos y California con cientos de máximos históricos.
Calor en el hemisferio norte
Otras partes del hemisferio norte están experimentando, a principios del verano, una situación de calor excepcional, que se extiende desde el norte de África, la Península Arábiga, el este de Europa, Irán hasta el noroeste del continente indio. La temperatura máxima diaria superó los 45 °C en varias localidades y alcanzó los 50 °C en el Sahara. En el oeste de Libia se registraron temperaturas que superaron la media de junio en más de 10 °C.
En la parte occidental de Rusia y en las zonas próximas al mar Caspio el mercurio también marcó temperaturas inusualmente altas debido a la presencia continua de una gran área de alta presión. En algunas partes de la región, incluida Moscú, se espera que las temperaturas superen los 30 °C durante el día y que permanezcan por encima de los 20 °C durante la noche. En las zonas más cercanas al mar Caspio se prevén temperaturas que rebasarán los 40 °C y se mantendrán por encima de los 25 °C durante la noche. Es probable que se batan algunos récords históricos de temperatura durante esta ola de calor.
Cambio climático
Estas condiciones de calor a principios de verano se dan en un contexto de cambio climático causado por las actividades humanas, con temperaturas mundiales que son 1,2 °C superiores a los niveles preindustriales.
"Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas ya que las concentraciones de gases de efecto invernadero provocan un aumento de las temperaturas mundiales. También estamos observando que están empezando antes y terminando más tarde, y que causan mayores estragos en la salud humana", dijo Omar Baddour, jefe de la División de Servicios de Monitoreo del Clima y Políticas Climáticas de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Nikos Christidis, climatólogo de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, comentó que "[s]in el cambio climático causado por las actividades humanas, habría sido prácticamente imposible alcanzar esas temperaturas medias históricas en el mes de junio en el oeste de los Estados Unidos, ya que existe una probabilidad de una en decenas de miles de años de que se produzcan de forma natural. En el contexto climático actual, es habitual que el mes de junio sea extremadamente caluroso y es probable que ese fenómeno de calor extremo se produzca dos veces cada 30 años. Sin embargo, según se desprende de un análisis de muchos modelos informáticos, la ocurrencia de esas temperaturas extremas será más que probable hacia finales de siglo. Se estima que la influencia humana ha aumentado la probabilidad de un nuevo récord en varios miles de veces", añadió.
El Informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre el calentamiento global de 1,5 °C contiene información sobre el cambio climático y el bienestar humano.
"Se prevé que los riesgos climáticos para la salud, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico aumenten con un calentamiento global de 1,5 °C, y que esos riesgos sean aún mayores con un calentamiento global de 2 °C." La limitación del calentamiento a 1,5 °C —y no a 2 °C — podría significar que 420 millones personas menos estarían expuestas a olas de calor intensas.
"En 2018, las personas vulnerables mayores de 65 años sufrieron 220 millones de exposiciones a olas de calor por encima del promedio de referencia de 1986-2005, todo un récord", según la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2019.
La Oficina Conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OMM para el Clima y la Salud trabajan activamente para proteger la salud de las personas de este importante peligro. La OMM es uno de los socios fundadores de la Red Mundial de Información sobre el Calor y sus Riesgos para la Salud.