El deshielo de los emblemáticos glaciares africanos simboliza los cambios en el sistema Tierra
Ginebra, 19 de octubre de 2021 (OMM) - Los cambios en la configuración de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas y el incremento de las condiciones meteorológicas extremas contribuyeron a aumentar la inseguridad alimentaria, la pobreza y los desplazamientos en África en 2020, agravando la crisis socioeconómica y sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, según un nuevo informe multiinstitucional coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
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Anomalías en los valores de temperatura del aire en la superficie terrestre promediados por zona en °C respecto de la media a largo plazo del período 1981-2010 para África (Asociación Regional I de la OMM) basadas en seis conjuntos de datos de temperatura. Fuente: Oficina Meteorológica del Reino Unido
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El informe sobre el estado del clima en África en 2020 ofrece un panorama de las tendencias e impactos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y el deshielo de los emblemáticos glaciares del continente. También destaca la vulnerabilidad desproporcionada de África y muestra cómo los beneficios potenciales de las inversiones en adaptación al clima, servicios meteorológicos y climáticos y sistemas de alerta temprana superan con creces los costes.
"Durante 2020, los indicadores climáticos en África se caracterizaron por el continuo aumento de las temperaturas, la aceleración de la subida del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como las inundaciones, los deslizamientos de tierras y las sequías, y los efectos devastadores conexos. La rápida reducción de los últimos glaciares de África Oriental, que se prevé que se derritan por completo en un futuro próximo, advierte de la amenaza de un cambio inminente e irreversible en el sistema Tierra", afirma el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas, en un prólogo.
"Junto con la recuperación tras la COVID-19, la mejora de la resiliencia climática es una necesidad urgente y continua. Las inversiones son especialmente necesarias en el desarrollo de capacidad y la transferencia de tecnología, así como en la mejora de los sistemas de alerta temprana de los países, incluidos los sistemas de observación del tiempo, el agua y el clima", afirma el profesor Taalas.
El informe es fruto de la colaboración de la OMM, la Comisión de la Unión Africana, la Comisión Económica para África (CEPA) a través del Centro Africano de Política Climática, organizaciones científicas internacionales y regionales y organismos de las Naciones Unidas.
El informe se presenta el 19 de octubre durante la reunión extraordinaria del Congreso Meteorológico Mundial y antes de las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que tendrán lugar en el 26º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 26). El informe se suma a las pruebas científicas sobre la necesidad urgente de reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, aumentar el nivel de ambición climática e incrementar la financiación para la adaptación.
"África está presenciando un aumento de la variabilidad meteorológica y climática, que provoca desastres y trastornos en los sistemas económicos, ecológicos y sociales. Para 2030, se estima que hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (es decir, que viven con menos de 1,90 dólares de los Estados Unidos al día) estarán expuestas a la sequía, las inundaciones y el calor extremo en África, si no se establecen medidas de respuesta adecuadas. Esto supondrá una carga adicional para las iniciativas de mitigación de la pobreza y obstaculizará de forma considerable el aumento de la prosperidad", declara la excelentísima señora Josefa Leonel Correia Sacko, Comisionada de Economía Rural y Agricultura de la Comisión de la Unión Africana.
"En África Subsahariana, el cambio climático podría reducir el producto interno bruto (PIB) hasta un 3 % para 2050. Esto supone un importante desafío para las medidas de adaptación y resiliencia al clima porque no solo están empeorando las condiciones físicas, sino que también está aumentando el número de personas afectadas", afirma en el prólogo.
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Anomalías en los valores de precipitación absolutos para 2020 con respecto al periodo de referencia 1981-2010. Las zonas azules indican una precipitación superior a la media, mientras que las zonas marrones indican una precipitación inferior a la media. Fuente: Centro Mundial de Climatología
de las Precipitaciones del Servicio Meteorológico de Alemania |
Mensajes principales
Temperaturas: la tendencia de calentamiento de 30 años correspondiente a 1991-2020 fue superior a la del período 1961-1990 en todas las subregiones africanas y considerablemente superior a la tendencia de 1931-1960. África se ha calentado a un ritmo superior a la temperatura media mundial en el conjunto de la superficie terrestre y oceánica. El año 2020 se situó entre el tercer y el octavo año más cálido del que se tienen datos en África, dependiendo del conjunto de datos utilizado.
Aumento del nivel del mar: las tasas de aumento del nivel del mar en la costa atlántica tropical y meridional y en la costa del océano Índico son superiores a la tasa media mundial, situándose aproximadamente en 3,6 mm/año y 4,1 mm/año, respectivamente. El nivel del mar a lo largo de las costas mediterráneas está aumentando a un ritmo de aproximadamente 2,9 mm/año, un valor inferior a la media mundial.
Glaciares: en la actualidad, solo tres montañas de África están cubiertas por glaciares, a saber, el macizo del monte Kenya (Kenya), los montes Rwenzori (Uganda) y el monte Kilimanjaro (República Unida de Tanzanía). Aunque estos glaciares son demasiado pequeños para desempeñar una función importante como depósitos de agua, tienen una gran importancia turística y científica. Sus índices de retroceso actuales son superiores a la media mundial. De continuar así, ello dará lugar a una desglaciación total en la década de 2040. Se prevé que el monte Kenya pierda su masa glaciar una década antes, lo que lo convertirá en una de las primeras cordilleras enteras en perder glaciares como consecuencia del cambio climático debido a la actividad humana.
Precipitaciones: las precipitaciones superiores a lo normal, acompañadas de inundaciones, predominaron en el Sahel, el valle del Rift, la cuenca central del Nilo y el noreste de África, la cuenca del Kalahari y el curso inferior del río Congo.
Las condiciones de sequedad prevalecieron en la costa norte del golfo de Guinea y en el noroeste de África y a lo largo del sureste del continente. La sequía en Madagascar provocó una crisis humanitaria.
Fenómenos de efectos devastadores: se produjeron inundaciones extensas en muchas partes de África Oriental. Entre los países que informaron de la pérdida de vidas o del desplazamiento considerable de población se encontraban el Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Somalia, Kenya, Uganda, el Chad, Nigeria (que también experimentó una sequía en la parte meridional), el Níger, Benin, el Togo, el Senegal, Côte d’Ivoire, el Camerún y Burkina Faso. Muchos lagos y ríos alcanzaron niveles máximos sin precedentes, como el lago Victoria (en mayo) y el río Níger en Niamey y el Nilo Azul en Jartum (en septiembre).
Inseguridad alimentaria: los efectos combinados de los conflictos prolongados, la inestabilidad política, la variabilidad climática, los brotes de plagas y las crisis económicas, agravados por los efectos de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), fueron los principales impulsores de un aumento considerable de la inseguridad alimentaria. Una invasión de langostas del desierto de proporciones históricas, que comenzó en 2019, siguió teniendo graves repercusiones en África Oriental y el Cuerno de África en 2020.
La inseguridad alimentaria aumenta entre 5 y 20 puntos porcentuales con cada inundación o sequía en África Subsahariana. El deterioro conexo en la salud y en la asistencia escolar de los niños puede agravar las desigualdades de ingresos y de género a más largo plazo. En 2020, la población afectada por la inseguridad alimentaria aumentó casi un 40 % con respecto al año anterior.
Desplazamientos: se estima que el 12 % de todos los nuevos desplazamientos de población en el mundo se produjeron en la región de África Oriental y el Cuerno de África, con más de 1,2 millones de nuevos desplazamientos relacionados con desastres y casi 500 000 nuevos desplazamientos relacionados con conflictos. Las inundaciones y las tormentas fueron los fenómenos que más contribuyeron al desplazamiento interno relacionado con los desastres, seguidas de las sequías.
Inversiones: en África Subsahariana, los costes de adaptación se estiman entre 30 000 y 50 000 millones de dólares de los Estados Unidos (entre el 2 % y el 3 % del producto interno bruto (PIB) regional) cada año durante la próxima década, para evitar costes aún más elevados de socorro adicional en casos de desastre. El desarrollo resiliente al clima en África requiere inversiones en infraestructura hidrometeorológica y sistemas de alerta temprana con el fin de prepararse para un número creciente de fenómenos peligrosos de efectos devastadores.
Alertas tempranas: las encuestas de hogares realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Etiopía, Malawi, Malí, el Níger y la República Unida de Tanzanía constataron que, entre otros factores, ampliar el acceso a los sistemas de alerta temprana y a la información sobre los precios de los alimentos y el tiempo (incluso con simples mensajes de texto o de voz para informar a los agricultores sobre cuándo plantar, regar o fertilizar, lo que permite una agricultura climáticamente inteligente) puede reducir la probabilidad de sufrir inseguridad alimentaria en 30 puntos porcentuales.
Adaptación: la rápida aplicación de estrategias de adaptación africanas estimulará el desarrollo económico y generará más puestos de trabajo en apoyo de la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19. La aplicación de las prioridades comunes señaladas por el Plan de Acción de la Unión Africana para la Recuperación Ecológica contribuiría a lograr la recuperación sostenible y ecológica del continente tras la pandemia, al tiempo que permitiría una acción climática eficaz.
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Peligros que suscitan mayor preocupación para la región africana. Fuente: análisis de la OMM de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de 53 países de África |
Presentación de alto nivel
El informe sobre el estado del clima en África se presentará en un acto de alto nivel en el que se pondrá de manifiesto la necesidad de adoptar medidas urgentes relacionadas con el clima en África y de coordinar y aplicar marcos estratégicos relacionados con el tiempo, el agua y el clima para apoyar el desarrollo socioeconómico del continente.
El profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, la excelentísima señora Josefa Sacko, Comisionada de Economía Rural y Agricultura de la Comisión de la Unión Africana, y la doctora Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (CEPA), pronunciarán declaraciones introductorias, seguidas de una mesa redonda de alto nivel.
La OMM desea agradecer la contribución de todos los asociados internacionales y expertos. En el informe se proporciona una lista completa.
La Organización Meteorológica Mundial es el portavoz autorizado del sistema
de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua
Para más información, diríjanse a: Clare Nullis, agregada de prensa. Correo electrónico: cnullis@wmo.int. Teléfono móvil: 41797091397