El Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial retira Beryl, Helene, Milton y John de las listas de nombres de huracanes
El Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha retirado Beryl, Helene y Milton de la lista de nombres utilizada para designar tormentas en la cuenca del Atlántico y ha suprimido John de la lista de nombres de la cuenca del Pacífico oriental a causa de la muerte y la destrucción que provocaron en 2024 los fenómenos bautizados con esos nombres.
- Beryl, Helene y Milton ya no se utilizarán para designar huracanes en la cuenca atlántica.
- Brianna, Holly y Miguel les sustituirán en la lista rotativa de nombres.
- John se retira de la lista de nombres para la cuenca del Pacífico oriental y será sustituido por Jake.
- Se suprimen de las listas los nombres de aquellos ciclones tropicales especialmente mortíferos y destructivos.
- La asignación de nombres a los ciclones tropicales obedece a razones de seguridad pública.
- Las alertas tempranas han permitido reducir el número de víctimas mortales.

Beryl fue el huracán de categoría 5 más precoz jamás registrado en la cuenca atlántica, y acarreó importantes consecuencias en la región del Caribe. Los huracanes Helene y Milton, por su parte, causaron daños catastróficos en los Estados Unidos. Por último, el huracán John ocasionó mortíferas inundaciones que afectaron amplias zonas del estado mexicano de Guerrero.
Los nombres que se agregan a la lista de la cuenca del Atlántico son Brianna, Holly y Miguel, mientras que Jake es el nombre que se incorpora a la lista de la cuenca del Pacífico oriental. La OMM supervisa las listas de nombres, cuya finalidad es ayudar a comunicar los avisos de tormenta y alertar a la población de riesgos potencialmente mortales. Existen seis listas que se emplean de forma rotativa, por lo que los diversos nombres que las conforman se reutilizan cada seis años, a menos que una tormenta sea tan mortífera que se decida retirar su nombre.
El Comité de Huracanes está formado por expertos de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y su ámbito de competencia es América del Norte, América Central y el Caribe (Asociación Regional IV de la OMM). Aunque la convención utilizada para asignar nombres a las tormentas es solo una pequeña parte de la labor que ese órgano desempeña para salvar vidas, es una cuestión que suscita gran interés entre la población.
"El trabajo del Comité de Huracanes es fundamental para que todos los habitantes de la región comprendida entre la cuenca del Atlántico y la del Pacífico oriental estén preparados para la temporada de huracanes de 2025 que pronto empezará, y es también esencial para proporcionar alertas tempranas para todos y reducir los efectos de estas peligrosas tormentas en la vida y los bienes de las personas", explicó el señor Michael Brennan, presidente del Comité de Huracanes y director del Centro Meteorológico Regional Especializado de Miami.
"Desde 1978, el Comité de Huracanes de la OMM ha sido una plataforma vital para la colaboración operativa y el establecimiento de alianzas. Gracias a su dedicación, hemos salvado innumerables vidas y evitado muchos millones de dólares en pérdidas económicas. Sin embargo, basta con que un huracán toque tierra para socavar años de desarrollo. Los Estados Unidos soportan las mayores pérdidas económicas directas, pero los pequeños Estados insulares en desarrollo y las economías frágiles sufren las consecuencias de estos fenómenos de forma desproporcionada", declaró la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo, en un mensaje de vídeo dirigido a la reunión, que tuvo lugar en San Salvador (El Salvador).
Además de retirar nombres de huracanes de las correspondientes listas y sustituirlos por otros nuevos, el Comité puso al día el Plan Operativo sobre Huracanes de la Región IV para incluir una versión actualizada de los criterios para la emisión de advertencias de posibles ciclones tropicales. Este nuevo plan permitirá generar pronósticos desde el Centro Meteorológico Regional Especializado de Miami hasta 72 horas antes de que los efectos de estos fenómenos se dejen sentir. Así, se podrán anticipar todavía más aquellos sistemas que se espera se conviertan en tormenta tropical o huracán y afecten zonas terrestres.
La temporada de huracanes de 2024 en el Atlántico fue la novena consecutiva con una actividad superior a la media, mientras que la del Pacífico oriental fue inferior a la media.
El año pasado se produjeron 18 tormentas con nombre en la cuenca atlántica. Once de ellas fueron huracanes (vientos de 119 km/h (74 mph) o superiores) y cinco se intensificaron hasta convertirse en huracanes de primer orden de categoría 3, 4 o 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos de 178 km/h (111 mph) o superiores, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos.
Entre 1970 y 2021, los ciclones tropicales (término genérico que engloba a los huracanes) fueron el fenómeno que ocasionó más víctimas mortales y pérdidas económicas declaradas en todo el mundo, al provocar más de 2 000 desastres, según el Atlas de la OMM sobre mortalidad y pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos.
Las alertas tempranas emitidas por la comunidad de la OMM y la mejora de la gestión de los riesgos de desastre han reducido drásticamente el número de víctimas mortales, pero las pérdidas económicas van en aumento. Por ello, los ciclones tropicales son una de las principales prioridades de la iniciativa internacional Alertas Tempranas para Todos.
Huracán Beryl
Beryl fue el huracán de categoría 5 más precoz jamás registrado en la cuenca atlántica, y acarreó importantes consecuencias en la región del Caribe.
El 1 de julio tocó tierra como huracán de categoría 4 en Granada y sus dependencias, Carriacou y Petite Martinique. Las lluvias torrenciales, las enormes olas y los fuertes vientos causaron graves inundaciones y devastación generalizada en las islas de Carriacou y Petite Martinique. Allí, los daños fueron considerables, dado que más del 98 % de las viviendas quedaron dañadas o destruidas.
Beryl también afectó a Jamaica y a la península mexicana de Yucatán, y tocó tierra por última vez como huracán de categoría 1 en los Estados Unidos. Provocó 34 muertes directas en toda la región.
Por fortuna, la exactitud de los pronósticos y las medidas coordinadas de gestión de riesgos de desastre a escala regional y nacional permitieron limitar la pérdida de vidas en las zonas más devastadas.
Huracanes Helene y Milton
El 26 de septiembre, el huracán Helene tocó tierra en la costa del golfo de Florida como tormenta de categoría 4. Causó inundaciones catastróficas en el sur de los Apalaches, daños generalizados por la acción del viento desde la costa del golfo hasta las montañas de Carolina del Norte e inundaciones por mareas de tempestad en partes de la costa occidental de Florida.
Helene fue el huracán más mortífero en castigar la región continental de los Estados Unidos desde el Katrina, en 2005, dado que provocó más de 248 víctimas mortales, la mayoría en Carolina del Norte y Carolina del Sur. Los daños se estimaron en 78 700 millones de dólares de los Estados Unidos, convirtiéndose así en el séptimo huracán que más pérdidas ha generado en los Estados Unidos (datos ajustados a valores de 2024).
Por su parte, el huracán Milton tocó tierra cerca de Siesta Key (Florida) el 9 de octubre como huracán de categoría 3. La rápida intensificación de Milton fue una de las más veloces jamás observadas y en su paso por el golfo de México alcanzó su punto álgido al convertirse en huracán de categoría 5.
Causó 15 víctimas mortales (12 en los Estados Unidos) y daños estimados en 34 300 millones de dólares. Asimismo, la tormenta fue la causa de una familia de tornados sin precedentes que provoco víctimas mortales en Florida.
Huracán John
John tocó tierra como huracán de categoría 3 en el estado mexicano de Guerrero el 24 de septiembre y, posteriormente, tocó tierra por segunda vez como tormenta tropical en el estado de Michocán.
Generó precipitaciones extremas e inundaciones generalizadas en el sur de México y se cobró 29 vidas. Dañó más de 150 000 hogares y ocasionó perturbaciones generalizadas en el transporte y el suministro eléctrico.
En el aeropuerto de Acapulco se acumularon 1 442,0 mm de lluvia entre el 22 y el 27 de septiembre, un valor que superó la media anual total de esa infraestructura.
Fue el tercer huracán que más pérdidas ocasionó en la costa del Pacífico mexicano (2 450 millones de dólares), solo por detrás de Otis (2023) y Manuel (2013).
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es un organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de promover la cooperación internacional en ciencias atmosféricas y meteorología.
La OMM monitorea el tiempo, el clima y los recursos hídricos y brinda apoyo a sus Miembros en materia de pronóstico y mitigación de desastres. Con su labor, la Organización respalda firmemente el fomento de los conocimientos científicos, el refuerzo de la seguridad pública
y el aumento del bienestar.
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